La sospecha

La relación entre dos o más personas, no precisaría de la confianza si cada uno de los protagonistas de la misma, pudiera tener acceso al interior del otro para obtener toda la información que necesita y así poder llevarSospecha a término el propósito de la relación: amistad, amor, proyecto laboral, etc.

Transparencia

Sin embargo no es así. Nadie puede ser absolutamente transparente, nadie puede ventilar su íntimo por los cuatro costados por protección y supervivencia (esto desde la interpretación que no contempla las malas intenciones). El descubrimiento de nuestra intimidad haría imposibles las relaciones sociales, no es sostenible, ni por el que lo hace ni por el que lo recibe.

Opacidad

Por lo tanto, todas las personas cargamos un porcentaje de opacidad, variable, que nos puede hacer sospechoso ante otros ojos. Existen convencionalismos, acuerdos que hemos inventado, para asegurar y proporcionar confianza ante este misterio que conllevamos de forma inherente (contratos escritos, matrimonios, estatutos, pactos, etc).

Información

La información, el conocimiento, es poder. Conocer sobre otra persona es de alguna manera una posesión de la misma, o una forma de poder. Profesiones como la psicología, están sujetas a secreto profesional, así mismo los actos médicos, jurídicos y otros pues con esos datos se podría hacer abuso de poder; desde mi profesión la confidencialidad es vital porque protege a la persona y su íntimo y en lo que a mí respecta son sagrados y jamás los pondría en riesgo.

El principio que rige las interacciones sociales es que siempre debe haber confianza, no hay no confianza; si existiera la desconfianza, no seríamos capaces de dar la información suficiente para establecer la relación, y no superaríamos las interacciones superficiales y puntuales.

Esquemas de pensamiento basados en la suspicacia

Ante la relación con el otro, podemos optar por desconfiar, rellenando los huecos de información inadmisible, esto nos llevará a la sospecha, e incluso al miedo si el uso del poder que tienen sobre nosotros pudiera tener consecuencias desastrosas para nosotros.

Existen personas que se han instalado en un esquema de pensamiento y funcionamiento que se basa en la suspicacia, en la desconfianza y en la inseguridad respecto del otro; hablaríamos de una actitud básica. Frecuentemente, viven con el miedo al otro y a las relaciones.

Con mucha seguridad, la explicación residirá en vivencias clave acontecidas en la infancia y adolescencia. Para acometer en psicoterapia la sospecha es imprescindible un estudio en profundidad de la historia de vida del individuo, poner conciencia e ir modificando patrones en la medida de lo posible.

Estas categorías para organizar la información son de carácter meramente descriptivo y ayudan a la comunicación, pero pueden actuar como etiquetas. No tengo ninguna duda respecto a que las personas actuamos y desarrollamos sintomatología porque tenemos una razón para ello, por lo tanto, mi forma de trabajo considerará siempre las particularidades de la historia de vida de cada individuo, familia o pareja, con el objetivo de comprender qué sentido tienen, y sólo desde ahí poder resolver.

Psicólogo Collado Villalba – Psicólogo Madrid Avenida de América

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