Según la psicóloga Claudia Castro Campos (Investigación: Estudio cognitivo de la mentira humana) antes de que termine nuestro día, diremos al menos dos mentiras. La mentira es mucho más habitual de lo que reconocemos o del discurso que sostenemos sobre ella. A mí me interesa qué sentido puede tener mentir, por qué lo hacemos. Así mismo me interesa qué sentido pueden tener algunos actos potentemente “sinceros”.

En mi opinión por encima de la sinceridad a ultranza, deberían estar los efectos nocivos para los demás y para uno mismo. La pregunta a aplicar sería, ¿para qué voy a decirte esto? ¿qué intención tengo en este intento de “sinceridad”?

Algunos psicólogos han hablado de “sincericidio”, es decir, el acto por el que una persona creyéndose honesta y valiente se muestra sincera ante los demás, cuando en realidad muchos ven en ese comportamiento un acto desconsiderado, carente de tacto e irresponsable verbalmente.

mentira-verdad

 La comunicación tiene muchos sentidos, y muchos planos de actuación. A primera vista hay dos planos fáciles de distinguir, uno se refiere al contenido de mis palabras, en un nivel verbal estoy transmitiendo unos datos. Existe otro plano, fundamental a nivel relacional, que informa sobre el lugar que le doy a la otra persona, el  lugar que quiero adoptar yo, y finalmente de qué forma estoy construyendo la relación. Este nivel de comunicación es esencial, a fin de cuenta somos seres sociales y emocionales, y en las relaciones estamos construyendo nuestra identidad.

Un brevísimo chiste que ilustra esta situación es el siguiente: Un hombre y una mujer están esperando al autobús, sentados en la marquesina. Él se dirige a ella: <Hola, parece que hace buen tiempo…>. Ella contesta:< Tengo novio>.

Todos nos hemos visto alguna vez sumergidos en discusiones temáticas que no tienen mucha relevancia, pero sí la tiene la situación que vive esa relación en la que estamos involucrados. A veces esta “sinceridad” se puede convertir en un arma arrojadiza para jugar algún conflicto a nivel relacional.

Francesc Torralba, filósofo, considera que “se trata de decir la verdad, pero de tal modo que el destinatario pueda digerirla emocionalmente y asumirla racionalmente”. No defiendo el uso de la mentira, en realidad tiene consecuencias devastadoras crecer o desarrollarnos en un contexto donde existe una negación o distorsión de la realidad, se trata de distinguir cuando nos escudamos en una supuesta sinceridad para agredir.

Tú, ¿cuándo mientes? ¿para qué te sirve? ¿cuándo eres sincero? ¿qué tipo de sinceridad utilizas? ¿para qué te sirve?… Os invito a la reflexión.

Estas categorías para organizar la información son de carácter meramente descriptivo y ayudan a la comunicación, pero pueden actuar como etiquetas. No tengo ninguna duda respecto a que las personas actuamos y desarrollamos sintomatología porque tenemos una razón para ello, por lo tanto, mi forma de trabajo considerará siempre las particularidades de la historia de vida de cada individuo, familia o pareja, con el objetivo de comprender qué sentido tienen, y sólo desde ahí poder resolver.

Psicólogo Collado Villalba – Psicólogo Avenida de América, Barrio Salamanca Madrid

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