El eneagrama es un instrumento de estudio de perfiles de personalidad cuyo origen se remonta a la tradición oriental de los sufíes. Ha sido recientemente recuperado por corrientes psicológicas en su mayoría humanistas, porque establece un mapa de mucha utilidad a la hora de intervenir y entender la construcción de la personalidad. Uno de sus teóricos, Richard Riso, lo denomina “el gigante dormido”, haciendo referencia a su potencia como herramienta psicológica de desarrollo personal.

Mapa de la naturaleza humana

Es un mapa de la naturaleza humana; describe nueve caracteres humanos, eneatipos, que van más allá del etiquetado pues su objetivo final es el cambio y  la transformación. En realidad el punto de partida del eneagrama son los callejones sin salida en los que nos encontramos los seres humanos en nuestro intento de proteger nuestra vida de las amenazas internas y externas.

Desarrollo de la personalidad

Cuando somos niños, salimos al mundo exterior relacionándonos a través de la familia, compañeros de escuela y maestros, la religión, valores y normas del grupo al que pertenecemos (estrato social, pueblo, provincia, país, etc.). Muchos factores convergen y vienen a construir lo que llaman “voces”, que se expresan en frases generalmente cortas e incisivas que nos acompañan durante nuestras vidas y afectan a nuestra conducta y carácter. La reacción del ser humano en crecimiento a esas voces es la interiorización de ciertos ideales («soy bueno sí…»), el desarrollo de estrategias de defensa que sirven para escapar del castigo o consecuencias desagradables de una conducta “errónea” y mecanismos específicos de protección. La culpa surgirá si no estamos en concordancia con estos ideales. La actitud verdaderamente errónea nos hablará de los “pecados” (cada número se relaciona con uno en concreto) que dan pistas sobre nuestros falsos ideales.

Riesgo del eneagrama

El mayor riesgo del eneagrama es pasar por alto la especificidad, originalidad y particularidad de los individuos. El peligro que contienes es el de dejarse encasillar y no salir de un eneatipo concreto (por ejemplo, identificarnos con el número 3 y no llegar a mayor profundización). El eneagrama aporta información detallada sobre las regularidades del comportamiento y personalidad humana, pero sólo tiene sentido si al mismo tiempo se describe la posibilidad del cambio y de la liberación de la presión del determinismo. Puede ser un útil punto de partida y de comprensión del ser humano, siempre que prioricemos la historia de vida de cada individuo y podamos compatibilizarla en lo que sea coincidente con los datos que arroja este sistema de análisis de la personalidad. Otro de los riesgos del eneagrama es utilizarlo como un sistema zodiacal sin mayor reflexión, un etiquetado vacío.

Os dejo con un resumen muy somero de los 9 tipos de personalidad, o eneatipos, para que despierte vuestra curiosidad y podáis investigar más al respecto. El trabajo con este instrumento es de mucha mayor profundidad de análisis, esto es un frugal aperitivo. Lo más aconsejable como herramienta terapéutica es participar en talleres vivenciales sobre eneagrama.

Tres triadas

Cada tres tipos respectivamente, se corresponden con un grupo, el del corazón, el vientre y la cabeza. El grupo del vientre, tiene su centro de gravedad en el abdomen, ahí reside su materia prima: el instinto de poder, sexualidad, instintos, es el grupo de los tipos sexuales. Reaccionan inmediata y espontaneamente y no dejan pasar la realidad por el filtro de su cerebro. Son los números 8,9 y 1.

El grupo del corazón, está orientado hacia los demás, hacia la gente. Tienen un sentido elevado de la responsabilidad y su tema central son las relaciones entre las personas, la entrega. Les domina lo que las personas puedan pensar de ellos y suelen creer que saben lo que los demás necesitan. Comprende los números: 2, 3 y 4.

El grupo de la cabeza se caracteriza por tener el centro de control en el cerebro. Antes de reaccionar, dan un paso atrás para reflexionar. Tienen un sentido desarrollado para el orden y el deber. Su instinto es el de conservación, la duda les acompaña en cada situación aunque puedan dar una imagen de objetividad y desinterés. Abarca los números 5, 6 y 7.

Los nueve eneatipos se caracterizan por una pasión, que corresponde con un pecado capital.

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Los nueve eneatipos

Eneatipo 1: LA RABIA “El Perfeccionista”: su motivación es hacer las cosas “correctamente”, moralmente debe comportarse bien. En sus objetivos se encuentra mejorar como individuo y mejorar la sociedad. Su pasión es la ira, aunque la reprimen porque los aleja de la perfección que desean alcanzar y la disfrazan de benevolencia.

Eneatipo 2: EL ORGULLO “El ayudador”: se siente motivado  por la necesidad de ser amado y valorado, y de expresar sus sentimientos positivos hacia los demás. Los orgullosos usan la estrategia de dar, de ayudar para seducir y elevar su propia imagen. Necesitan ser el centro de atención y esconden una profunda necesidad de ser amados.

Eneatipo 3: LA VANIDAD “El triunfador”: se siente motivado por la necesidad de ser productivo, alcanzar el éxito y evitar el fracaso. Los vanidosos se suelen centrar en brillar en su trabajo. Buscan su ser a través del éxito. Son máscara pura y muy camaleónicos.

Eneatipo 4: LA ENVIDIA “El artista”: se siente motivado por la necesidad de experimentar sus sentimientos y ser comprendido, además de por sus ganas de buscar significado a su vida y evitar ser igual que el resto. Su pasión es la envidia y tienen una sensación profunda de carencia. Se suele comparar con los otros y usan el sufrimiento propio para resaltar su importancia.

Eneatipo  5: LA AVARICIA “El pensador”: se siente motivado por la necesidad de saber y comprender todo, ser autosuficiente y evitar quedar como tonto. Los avaros tienden a acumular conocimientos y viven con distanciamiento emotivo. Son muy intelectuales y tienen una gran necesidad de independencia.

 Eneatipo 6: LA COBARDÍA “El leal”: se siente motivado por la necesidad de seguridad  El miedo es su pasión dominante. Son personas que suelen dudar continuamente. Buscan la autoridad pero al mismo tiempo huyen de ella. En su estado más sano conectan con la valentía.

Eneatipo 7: LA GULA “El entusiasta”: se siente motivado por la necesidad de ser feliz y planificar actividades divertidas, aportar algo al mundo y evitar el sufrimiento y el dolor. Los gulosos suelen ser personas alegres, con multitud de planes de futuro para pasárselo bien y que huyen del sufrimiento.

Eneatipo 8: LA LUJURIA “El jefe”: se siente motivado por la necesidad de confiar en sí mismo y evitar sentirse débil o dependiente. Los lujuriosos son buscadores de la intensidad a los que no les importa meterse en peleas con tal de no parecer débiles. Suelen dar miedo al resto de la gente, pero detrás de esa armadura ocultan una gran inocencia.

Eneatipo 9: LA PEREZA “El pacificador”: se siente motivado por la necesidad de preservar la paz, unirse a otras personas y evitar el conflicto. Suelen ser personas, aparentemente felices, pero con una gran dificultad para mirarse a sí mismos y saber qué es lo que desean. Se funden con su entorno y son grandes pacificadores.

Mi forma de entender la psicología

Estas categorías para organizar la información son de carácter meramente descriptivo y ayudan a la comunicación, pero pueden actuar como etiquetas. No tengo ninguna duda respecto a que las personas actuamos y desarrollamos sintomatología porque tenemos una razón para ello, por lo tanto, mi forma de trabajo considerará siempre las particularidades de la historia de vida de cada individuo, familia o pareja, con el objetivo de comprender qué sentido tienen, y sólo desde ahí poder resolver.

Psicólogo Collado Villalba – Psicólogo Madrid Avenida de América

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