La depresión perinatal es una depresión de moderada a severa que algunas mujeres experimentan durante el periodo de embarazo o después de dar a luz. La incidencia de esta depresión después del parto, se sitúa alrededor de 10-15%. En España la depresión durante el embarazo se sitúa alrededor del 7% de la población en esa situación. Estudios más recientes sobre depresión perinatal, sitúan la prevalencia en torno al 20%, tasa bastante elevada.

Problema de Salud Pública

La depresión perinatal (postnatal y prenatal) es un importante problema de salud pública, tal y como demuestran las investigaciones y los datos y que además recibe muy poca o nula intervención. Por ejemplo en EEUU solamente la mitad de las mujeres en esta situación reciben algún tipo de tratamiento, y un 50% de la población atendida en realidad es un cifra elevada.

La primera demanda que emerge ante estos datos, es la inclusión de la figura del psicólogo en las unidades de obstetricia y ginecología, apoyando el proceso perinatal, esto no es real en el sistema de sanidad español, sólo existen derivaciones a salud mental en el caso de patologías más severas.

Depresión perinatal

Áreas de trabajo de la Depresión Perinatal

Investigadores de la salud mental sobre el proceso de maternidad, alertan sobre áreas de trabajo para la prevención y la atención de mujeres que puedan ser vulnerables a desarrollar una depresión perinatal:

  • Manejo del cuerpo y la relajación, la maternidad es una revolución en el plano fisiológico y corporal, el entrenamiento en técnicas de relajación y de identificación de cambios y necesidades en nuestra salud física es de gran ayuda, así como las repercusiones psicológicas de la transformación que sufre nuestro cuerpo.
  • Gestión del tiempo, adaptación a una nueva etapa en la que el tiempo siempre será escaso y la logística adecuada y el despliegue de recursos de apoyo facilitará el proceso.
  • Adaptación de la pareja o familia a la inclusión de un nuevo miembro. El cambio en el sistema siempre provoca cambios, a veces no deseables en el sistema familiar, o en la pareja.
  • Trabajo de los mitos de la maternidad, distorsiones del tipo, puedo con todo, tengo que ser una buena madre, tengo que estar siempre disponible, he de sacrificarlo todo, la maternidad es únicamente bella, etc.
  • Redes de apoyo. Las mujeres manifiestan una clara necesidad de contar con el apoyo social adecuado. Asertividad, inclusión en grupos de soporte y apoyo, dificultades para delegar y pedir, etc.

En general el proceso de maternidad es otro proceso vital donde existen muchísimos cambios que repercuten directamente en nuestra identidad y en nuestra construcción de la «mujer». Es un momento que puede ser muy fructífero a la hora de entendernos y seguir evolucionando en un proceso terapéutico continuo, que es el de la vida.

Psicólogo Collado Villalba

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