“Somos lo que repetidamente hacemos.
De esta forma, la excelencia no es un hecho aislado, sino un hábito”.
Aristóteles
William James
Ya en 1887, William James, el padre de la psicología científica, publicó un artículo denominado “El hábito”.
En él hablaba de los tipos de hábitos y las consecuencias a nivel neuronal.
Es uno de los primeros en acuñar el concepto de plasticidad neuronal, entendido como el efecto que tiene el aprendizaje de nuevos hábitos, que puede cambiar la estructura física del encéfalo creando nuevas conexiones y nuevos circuitos neuronales.
Los hábitos que obedecen a una tendencia innata se consideran instintos.
Aquellos debidos a la educación son actos de razón o intelectuales y no podemos eliminar ninguno de los dos, lo que podemos hacer es instaurar un hábito nuevo.
Los hábitos o costumbres se crean en aras de nuestra supervivencia, simplifican los movimientos, la energía, el esfuerzo, se hacen más exactos, reducen la atención consciente, hacen el acto más fluido.
En resumen permiten que se creen automatismos.
Cito literalmente a William James:
“Así pues, plasticidad, en la acepción amplia de la palabra, significa poseer una estructura lo suficientemente débil para ceder ante una influencia, pero también lo bastante fuerte para no ceder de golpe. En esta estructura, cada fase de equilibrio relativamente estable se caracteriza por lo que podríamos llamar un nuevo conjunto de hábitos”.
(“Principios de Psicología” James, 1890, pp. 86-87).
21 días
Pues bien, el tiempo que requiere el cerebro para crear estas estructuras, sin ceder de golpe, es exactamente 21 días.
Otros autores lo han corroborado, por ejemplo en la adaptación a la amputación de miembros en el “síndrome del miembro fantasma”, en la adaptación a la nueva imagen tras operaciones estéticas, que ocurren, curiosamente, alrededor del día 21.
NeoCortex
Las estructuras cerebrales que están en funcionamiento cuando iniciamos una actividad nueva son las más evolucionadas, el neocortex, pero a medida que las reiteramos y sistematizamos, las estructuras que entran en juego son los ganglios basales, que garantizan que las realicemos en “piloto automático”.
En conclusión, el cerebro es moldeable, las conexiones neuronales y las propias neuronas, regenerables, y por lo tanto nuestro funcionamiento en general.
Parece que las nuevas neuronas se originan en células madre indiferenciadas que se sitúan en los ventrículos del cerebro y estas, emigran hacia otras estructuras cerebrales en los procesos de aprendizaje de nuevas rutinas, en un proceso detransformación que transcurre en 21 días.
Así que si te mantienes haciendo una nueva rutina, durante 21 días, garantizarás que creaste una nueva estructura neuronal que te dirigirá inconscientemente.
Como no existe ningún procedimiento para eliminar un hábito, únicamente podemos construir uno nuevo.
¡Encuentra el que sea incompatible con el hábito que quieras suprimir y a por ello!
Psicólogo Collado Villalba – Psicólogo Madrid Avenida de América