La depresión es un trastorno de los más frecuentes. Según los últimos estudios contamos con un 10% de los españoles que la han sufrido -aunque en mi opinión, son muchos más, pues no todos acuden a recursos asistenciales y no pueden ser computados- con un total de 4 millones de españoles. Es un problema de salud público nacional, es el trastorno de salud mental con mayor prevalencia en España. El PIB europeo que se dedica a tratamientos de depresión (esencialmente farmacológicos) es el 1%.

En el contexto sociopolítico que atravesamos, también de depresión o crisis, las depresiones han aumentado exponencialmente.

Se caracteriza por un estado de tristeza y pérdida de interés prolongado en el tiempo, con alta labilidad emocional (llanto) aunque en ocasiones prima un carácter irascible e hipersensible. Provoca desmotivación en muchas o todas las áreas de la vida y afectación objetiva en las mismas, ya sea en el trabajo, en relaciones sociales, salud, etc.

Puede cursar con aumento o disminución de peso, con agitación o enlentecimiento psicomotor, y con insomnio o hipersomnia. El situarse en un lado u otro del polo, depende de características individuales, y de que este trastorno conviva con otro del espectro de la ansiedad.

Aparecen sentimientos negativos respecto a uno mismo, de excesiva culpabilidad o desprecio, así como enlentecimiento cognitivo, como por ejemplo baja concentración, atención, rendimiento intelectual. Pueden también darse pensamientos relacionados con el deseo de muerte, como forma de acabar con el sufrimiento, aunque existe variabilidad interpersonal.

La depresión no puede ser sanada desde una perspectiva meramente farmacológica, la psicoterapia es fundamental para la curación; las tasas de éxito de este tipo de tratamiento son muy elevadas. No puede darse una compresión y resolución de este trastorno sin una evaluación en profundidad del contexto multifactorial (familiar, afectivo, laboral, salud) en el que ha surgido el mismo.

Estas categorías para organizar la información son de carácter meramente descriptivo y ayudan a la comunicación, pero pueden actuar como etiquetas. No tengo ninguna duda respecto a que las personas actuamos y desarrollamos sintomatología porque tenemos una razón para ello, por lo tanto, mi forma de trabajo considerará siempre las particularidades de la historia de vida de cada individuo, familia o pareja, con el objetivo de comprender qué sentido tienen, y sólo desde ahí poder resolver.

 Psicólogo Collado Villalba

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola
¿En qué podemos ayudarte?